A los pies del Jbel Ayachi (3.757 msnm) en la cordillera del Alto Atlas Oriental se encuentra, según nos cuentan nuestros guías, un poblado nómada llamado Jaffar, una aldea que da nombre al famoso Circo de Jaffar.
Punto de inicio
Antes del inicio de la ruta del día hemos tenido que realizar la recogida de todo el material, maletas y todo el contigente, para desplazarnos a la pequeñísima aldea de Ikal yn, a los pies del Alto Atlas, desde donde suelen hacerse rutas de senderismo con punto de inicio para atacar al famoso Jbel Ayachi, todo un coloso del Atlas. El desplazamiento nos llevará aproximadamente unos 50 minutos con algún retraso debido a los pastores nómadas y sus rebaños, libres por la carretera.
Comenzando la etapa del día
Una vez realizado todas las tareas de mantenimiento, nos ponemos manos a la obra y comenzamos a dar pedales en esta nueva ruta en el Circo de Jaffar. En estos primeros 10 kiilómetros, el terreno se realiza en continua ascensión, una ascensión que no es nada dura pero los primeros rayos del sol comienzan a notarse, sobre todo en los más frioleros que enfundados en cortavientos comenzaron la ruta y que metros más adelante tendríamos que parar a aligerar equipaje. En esta primera parada, podemos divisar desde el cañón del río, poblaciones nómadas excavadas en la montaña en forma de casas cueva, que nos hacen recordar a los Granadinos, las casas cueva de la comarca de nuestro altiplano.
La entrada al cañón de Jaffar como etapa de bicicleta por marruecos
Tras la parada de explicación y de cambio de vestuario comienza una corta pero muy complicada bajada que realizamos sin consecuencias hasta la entrada del Circo de Jaffar. El camino se va cerrando progresivamente y dos paredes de piedra maciza te van envolviendo hasta llegar a algunos tramos donde se nos hizo complicado el pasar con el coche técnico, pero la habilidad del conductor pudo con ello.
Tras un buen rato de fotografías y videos, llegamos a la pequeña aldea nómada de Jaffar donde sus pocos habitantes salen a recibirnos. Unos saludan y otros continúan para subir el puerto de montaña, que aunque no ha sido complicado, hemos tenido algún que otro percance, todos solucionados rápidamente y sin consecuencias.
Tras el espectáculo de panorámicas de la entrada al cañón que sube al Jbel Ayachi y las vistas tan increíbles del lugar, ahora nos quedaría una larga bajada hasta Midelt, todo por pista buena y algún que otro sube y baja. A la llegada nos espera un vergel en mitad de la nada donde pasamos un buen rato de picnic aderezado con alguna que otra “Casablanca”, cerveza marroquí que no está nada mal y que después de una ruta te sabe a gloria!.
Quinta etapa realizada repleta de sorpresas y algún que otro susto pero sin consecuencias. Mañana seguiremos con más!