El día de hoy estaba repleto de cosas por ver y caminos por ciclar; el Parque Nacional de Ifrane situado en el Atlas Medio contiene unos de los puntos turísticos más famosos de Marruecos: El bosque de Cedros Milenarios y los macacos que sólo habitan este lugar.
Ifrán y su Bosque de Cedros
La ruta del día incluye como plato fuerte el Bosque de Cedros, sus macacos y el Gran Cedro Gouraud. Nada tiene que ver el paisaje de estos bosques con el que nos encontramos antes de llegar. Aquí abundan los cedros y a cual de ellos más enorme y alto. Además, entre todos los cedros destaca uno, El Gran Cedro Gouraud, lugar de visita obligada que tuvimos hoy.
El Gran Cedro Gouraud
Comenzamos la ruta nuestro hotel en Ifrán, un hotel, que por cierto todo hay que decirlo, es un hotel realmente espectacular, tanto de servicios como de situación. Tras un buen desayuno nos ponemos manos a la obra y nos vamos a unos kilómetros hacia el Bosque de Cedros de Azrou para comenzar a hacer algunos senderos que casi no se intuyen pero que están ahí. Tras esto, algunos kilómetros de llano, visitando algunos pueblos nómadas para llegar al Gran Cedro Gouraud. Este cedro actualmente se encuentra muerto desde 2003. Alcanzó los 800 años de edad y tiene 40 mts. de altura. Nos contaron los lugareños que se hizo todo lo posible por intentar que no muriese, pero no tuvo éxito. Así mismo, otras personas nos contaron luego en el hotel que el Cedro está muerto por la sobreexplotación del lugar llegando a dañar de muerte a las raíces del árbol, así que no sabemos realmente que pasó, diversidad de opiniones para un árbol que pronto caerá ya que lo tienen apuntalado para que no caiga. Nos contó Abdul la historia del Cedro que decía que durante el protectorado Francés, un General llamado Henri Gouraud combatió y perdió un brazo aquí, justamente el derecho.
Los macacos
Allí mismo pudimos disfrutar de los macacos que viven en libertad por la zona, ojo, cuidado con darles alimentos u ofrecérselos y no dárselos ya que te los roban, y si no que se lo digan a nuestro amigo Antonio que a escasos metros le robaron una barra de pan y en escasos segundos ya estaba encima de un árbol. También nos pasó con cascos, mochilas y coche… ¡cuidado con los monos!
La segunda etapa de bicicleta por marruecos
La etapa continuaba y seguíamos empapándonos de Marruecos y sus gentes. Tras cruzar el bosque seguimos por más llanuras y algún tramo de asfalto para volver de nuevo. Lo mejor que no tuvimos averías ninguna, todo fluyó correctamente y pudimos disfrutar del fantástico día. Visitamos también una de las dos pistas de esquí de Ifrán y de aquí nos fuimos al picnic. Tras una buena y plácida parada continuamos unos kilómetros más para volver al hotel tras una etapa que no dejó indiferente a nadie.
Tras la segunda etapa, sólo nos quedaba que darnos un buen chapuzón en la piscina del hotel y por la tarde disfrutar en Ifrán de los mercadillos y restaurantes (con cerveza) que había en el lugar, toda una experiencia para nuestros sentidos. ¡Mañana tendremos más!